martes, 26 de febrero de 2013

Enrique Breccia.

A Enrique lo descubrí en mi pre adolesencia, a los 14 años. A él, a Scafati, a Moebius, a Nine, Chichoni, etc...por ellos llegué a Dibujar. Los admiraba en la revista, excelente El Péndulo, que todavía consevo cada número de manera impecable, como nuevos. 
Luego más grande, 17 años, entro a Dibujar en el Taller de Marta Porreta, y allí descubro a los plásticos, esa es otra historia. Todos los ilustradores y los plásticos de mi gusto, me volaron el cerebro. 

Y me largué a estudiar Dibujo, todo el tiempo, hasta dejé en aquella época, de jugar, entrenar Tenis, mi deporte. Y eso sí que era impensado.



Estos trabajos de Enrique son representativos, para mi parecer de su increíble obra. Sobre todo éstos, donde saca blancos de los negros...me alucina. Son mágicos. Y la imagen, alucinante.



Ya cuando se mete con el óleo, con el acrílico, no me maravilla tanto como cuando trabaja con tinta.



El destino quiso que coincidiéramos en dos oportunidades, la Revista Literaria Apofántica, lo llamó a él y a mi, para hacer la tapa uno, y las ilustraciones el otro, luego al siguiente número lo contrario...nunca nos conocimos, trabajamos cada uno desde nuestras casas, igualmente eran trabajos bién independientes. 

Bién, esa es la historia, para mí, imagínense, un gran honor. 


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